Son integrantes del proyecto Inmunova y según su director “la capacidad del sistema científico argentino de responder a situaciones críticas, demuestra la calidad de ciencia que tenemos en el país”

Buenos Aires-(Nomyc)-El rol de la ciencia argentina, luego de años complejos en materia de investigación científica, juga un papel clave en la crisis originada por la pandemia y el financiamiento y la apuesta del gobierno a la Unidad coronavirus COVID-19, conformada por el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, son imprescindibles para atender a las necesidades sociales en medio de la emergencia sanitaria y marcar un rumbo hacia la soberanía científica.

Estos dos kits diagnósticos para el coronavirus desarrollados en el país y el suero hiperinmune son claras muestras de ello y el suero terapéutico demostró que neutraliza al virus SARS-CoV-2, en pruevas in-vitro.

Este suero, realizado gracias a la articulación público-privada y encabezado por el laboratorio Inmunova, del cual Santiago Sanguineti es director, se podrá utilizar para pacientes infectados ya que según el investigador “todavía no se está usando, es un producto en desarrollo del cual recién terminamos la primer fase y recién en Julio podríamos estar empezando a tratar los primeros pacientes en el contexto de un ensayo clínico”.

Este desarrollo es un “suero hiperinmune anti-COVID-19 para inmunización pasiva”, que aseguran, puede disminuir el impacto y la letalidad del virus. Distinto al plasma, que ya ha demostrado su capacidad para tratar a los individuos con COVID-19.

“Nosotros podemos producir muchas unidades y satisfacer la demanda en el caso de que hayan muchos infectados”, expresó Sanguineti, quien es doctor en Química Biológica y remarcó que “la desventaja del plasma radica en que se necesitan muchos donantes para cubrir la demanda de enfermos”.

Sobre la denominada inmunización pasiva, explicó Sanguineti que “se trata de la administración de anticuerpos a los pacientes contra el agente infeccioso, generando un bloqueo y evitando la propagación del virus”.

“Hoy el plasma si se está usando. Es el plasma humano de pacientes convalecientes, es decir, pacientes que se infectaron con el virus, se recuperaron y tienen anticuerpos en ese plasma que neutraliza el virus y eso hoy se está aplicando en varios hospitales del país y del mundo”, comentó el director de Inmunova.

“Los donantes de plasma son personas que ya tuvieron la enfermedad y se curaron, entonces le quedan anticuerpos contra el virus y son los que pueden donar, para que luego se administre en los pacientes” continuó el especialista.

“Es un desarrollo que hicimos en conjunto con muchos otros participantes”, entre ellos, el laboratorio Inmunova, el Instituto Biológico Argentino, la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud ´Doctor Carlos Malbrán´, el Instituto Leloir, Mabxience, CONICET y UNSAM” detalló Sangineti.

En referencia a la aplicabilidad del suero, el director del proyecto Inmunova indicó que “nosotros lo vamos a empezar a probar en pacientes que no están tan críticos, que tienen una infección moderada, de manera tal de evaluar que se recuperen más rápido y justamente no empeoren”. 

Sanguineti planteó que esto tiene dos ventajas y “la primera es que el paciente no transcurra la enfermedad y que tenga una recuperación más rápida y la segunda, que se puedan liberar las camas más rápido porque hoy la preocupación es que no se llenen las camas de los hospitales y se sature el sistema”.

“Nosotros ya hicimos toda la parte del desarrollo, lo que se llama in vitro, donde vimos que realmente bloquea el ingreso del virus a las células, y lo que empezamos a mitad de julio es un ensayo clínico en el cual pacientes con COVID pueden recibir el producto y luego se pasa a una etapa de evaluación para ver si realmente funciona. En ese caso estará disponible para todo el mundo”, adelantó.

Por último, Sanguineti, afirmó que la respuesta del sistema científico con respecto a la pandemia “fue muy buena” y aseguró que “la capacidad del sistema científico argentino de responder a situaciones críticas, demuestra la calidad de ciencia que tenemos en el país”, concluyó.

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