Café, cafeÃna y salud: una revisión de lo que conoce
El artÃculo fue publicado en una prestigiosa revista británica
Buenos Aires-(Nomyc)-El café y el té, están entre las bebidas que más se consumen en todo el mundo y contienen cantidades importantes de cafeÃna, lo que hace que la cafeÃna sea la agente psicoactivo que más se ingiere en muchos paÃses, aunque una variedad importantes de plantas contienen cafeÃna en sus semillas, frutos y hojas y además del café y el té, algunas plantas como los granos de cacao, las hojas de yerba mate y las bayas de guaraná, contienen también cafeÃna.
La cafeÃna también puede sintetizarse y se añade a alimentos y bebidas, entre ellos refrescos y bebidas energéticas o tomarse en forma de pastillas y además, la cafeÃna se utiliza ampliamente como tratamiento de la apnea de la prematuridad.
El consumo de cafeÃna de forma global: ambas bebidas se han consumido durante muchos años y se han convertido en una parte importante de las tradiciones culturales y la vida social, debido a que son bebidas para aumentar la vigilia y la productividad del trabajo y el contenido de cafeÃna es más alto en el café, las bebidas energéticas y las pastillas de cafeÃna, mientras que el té presenta un contenido intermedio y los refrescos un contenido bajo.
En los Estados Unidos, el 85 por ciento de los adultos consumen cafeÃna a diario y la media de consumo de cafeÃna es de 135 mg por dÃa, lo que equivale a una taza y media de café y esta bebida es la fuente predominante de cafeÃna ingerida por los adultos, mientras que los refrescos y el té son las fuentes más importantes de cafeÃna que consumen los adolescentes.
Café, cafeÃna y enfermedades crónicas: desde hace varias décadas existe la preocupación de que el café y la cafeÃna pudieran incrementar el riesgo de cáncer y de enfermedades cardiovasculares (ECV), aunque sin embargo, en el último tiempo aumentó la evidencia de los beneficios para la salud del consumo de café.
Una cuestión clave en la investigación sobre la cafeÃna, el café y la salud, es que el café contiene cientos de fitoquÃmicos biológicamente activos, incluidos los polifenoles como el ácido clorogénico y los lignanos, el alcaloide trigonelina, las melanoidinas que se forman durante el proceso de tostado y cantidades significativas de magnesio, potasio y niacina.
Estos compuestos del café pueden reducir el estrés oxidativo, mejorar la composición del microbioma intestinal y modular el metabolismo de la glucosa y de los lÃpidos, mientras que el diterpeno cafestol, presente en el café sin filtrar, aumenta el colesterol sérico y los resultados de las investigaciones sobre el café y otras fuentes de alimentos que contienen cafeÃna deben interpretarse con cautela, ya que los efectos podrÃan no deberse a la cafeÃna en sà misma.
Algunas consideraciones para tener en cuenta: el consumo de café con cafeÃna puede presentar efectos adversos cuando las dosis son demasiado elevadas y en colectivos especiales y los lÃmites de consumo de cafeÃna se sitúan en 400 mg de cafeÃna por dÃa en el caso de los adultos y de 200 mg por dÃa para las mujeres embarazadas y lactantes.
La gran mayorÃa de los adultos en Estados Unidos se adhieren a estas recomendaciones, pero debido a la variación del metabolismo de cada persona y la sensibilidad especÃfica a la cafeÃna, una cantidad mayor o menor podrÃan ser apropiada en casos especÃficos.
Conclusión: numerosa evidencia cientÃfica sugiere que el consumo de café con cafeÃna no aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares ni de cáncer y el consumo de 3 a 5 tazas de café diarias se ha asociado de forma consistente con una reducción del riesgo de varias enfermedades crónicas.
Además, la evidencia cientÃfica actual no justifica la recomendación de un consumo determinado de cafeÃna o de café para la prevención de enfermedades, pero sugiere que en adultos (mujeres que no están embarazadas ni lactando y no tienen condiciones de salud especÃficas), un consumo moderado de café o té puede formar parte de un estilo de vida saludable.
Enlace a la referencia
El artÃculo se publicó en la revista The New England Journal of Medicine
Para acceder al artÃculo completo y obtener más información, puede entrar en el siguiente enlace:
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMra1816604
Nomyc-10-11-20