Avances para mejorar el abordaje médico de pacientes con leucemia mieloide crónica

Especialistas del CONICET lograron describir biomarcadores novedosos que podrían ser útiles para mejorar la selección de pacientes que pueden suspender de manera exitosa el tratamiento con inhibidores blanco dirigidos
Buenos Aires-(Nomyc)-Evidencia científica que, de confirmarse en investigaciones adicionales, sería útil para aumentar el número de pacientes con Leucemia Mieloide Crónica (LMC) que podrían discontinuar el tratamiento convencional, seguir bien de salud y evitar tanto efectos secundarios como altos gastos médicos, realziados pro investigadores del CONCIET fueron publicados en Frontiers in Immunology y Journal of Hematology and Oncology.
La LMC es un tipo de cáncer de la médula ósea que afecta a una de cada 100 mil personas, de los que la mayoría son adultos y los síntomas frecuentes son debilidad, pérdida de peso, fiebre y dolor en los huesos, entre otros.
Hoy en día existen medicación como imatinib, nilotinib, dasatinib y bosutinib, que funcionan como “inhibidores blanco dirigidos” que prolongan la esperanza de vida de los y las pacientes de manera similar a la de la población general.
“Hasta hace poco tiempo los pacientes debían continuar con el tratamiento de por vida, pero varios estudios demostraron que a un porcentaje de ellos que va entre el 35 y el 65, se les puede discontinuar el tratamiento dado que por su propio sistema inmunológico y otras características biomoleculares desarrollan capacidad para inhibir la reaparición del tumor” explica Michele Bianchini, investigador del CONICET en el Centro de Investigaciones Oncológicas – Fundación Cáncer (FUCA).
“En trabajos recientes describimos biomarcadores novedosos que podrían ser útiles para mejorar la selección de pacientes que responderían bien a la suspensión del tratamiento”, agrega Bianchini.
Estudio multicéntrico: hasta ahora, no se identificaron predictores sólidos de una interrupción exitosa del tratamiento para la LMC, por lo que la terapia consiste en la administración de medicamentos que inhiben una proteína con actividad enzimática que se llama tirosina quinasa BCR-ABL que promueve el crecimiento de células de la sangre genéticamente alteradas.
El grupo de Bianchini lidera desde 2019 un ensayo multicéntrico Argentina Stop Trial (AST) en el Instituto Alexander Fleming sobre remisión libre de tratamiento, es decir la suspensión de la terapia convencional, en colaboración con Fundaleu y diversos hospitales públicos, y que cuenta con la supervisión de los comités de bioética y regulación de esas instituciones médicas y el consentimiento de los y las pacientes.
En el marco de este proyecto, el equipo de investigación analizó muestras de sangre de 81 pacientes con técnicas de biología molecular y determinó que los pacientes a los que se les suspendió el tratamiento de manera exitosa tenían altos niveles de dos proteínas del sistema inmunológico: interleucina 6 (IL-6) y la proteína quimioatractante de monocitos (MCP-1).
“Asimismo, constatamos que los pacientes con niveles bajos de IL-6 y MCP-1 mostraron un riesgo ocho veces mayor de recaída y estos protocolos son seguros ya que los pacientes que recaen, retoman exitosamente la medicación y al cabo de pocos meses pueden recuperar la remisión molecular del tumor que los afecta”, indica Bianchini.
En otro trabajo, el grupo de Bianchini y colegas encontraron evidencia de que el sistema inmunitario estaría facilitando el control de la enfermedad a largo plazo en ausencia del tratamiento.
“De manera aparente, hay una especie de memoria inmunológica para las células Natural Killer (NK) que está aumentada en aquellos pacientes que pueden sostener la remisión molecular de manera más exitosa o por más tiempo” explica Bianchini.”
“Además, en estos pacientes, estas células liberan sustancias citotóxicas de manera más eficaz y por lo tanto serían capaces de eliminar las células leucémicas (tumorales) residuales o mantenerlas bajo control”, puntualiza el investigador del CONICET y agrega que “aún es necesario realizar más estudios para validar los biomarcadores pronósticos de la discontinuación del tratamiento que fueron identificados en los recientes estudios”.
El grupo de Bianchini ha asistido a médicos en el monitoreo molecular de las muestras de sangre de pacientes, mediante una técnica que se llama PCR cuantitativa en tiempo real, para estudiar su evolución, la respuesta al tratamiento y la posibilidad de suspenderlo.
“Nuestros estudios apuntan a comprender mejor la inmunobiología de la LMC tanto para mejorar el éxito de la discontinuación del tratamiento convencional como para pensar en nuevas estrategias terapéuticas que puedan conducir a una verdadera erradicación de la enfermedad, porque las drogas actuales inhiben la enfermedad, pero no pueden eliminar las células hematopoyéticas madre, de las que se originan las células leucémicas”, detalla el investigador del CONICET.
“Un logro importante del estudio multicéntrico que llevamos adelante con hospitales es haber posibilitado la discontinuación del tratamiento a muchos pacientes argentinos y demostrar que esto también es posible en nuestro país, no solo en países desarrollados”, destaca Bianchini.
“Hoy no debería tratarse ningún paciente que no lo necesite, tanto por una cuestión clínica como de economía por los gastos que esto significa para los pacientes y para los sistemas de salud que podrían destinar esos recursos financieros a otras necesidades médicas” concluye el investigador.
Nomyc-15-11-23