Alimento de Alto Valor Nutritivo utilizado como nutriente para crustáceos será producido en nuestro país a Escala Global

La artemia es un crustáceo de alto valor nutritivo que es utilizado a nivel mundial como fuente de alimento para otros crustáceos y peces pequeños, de agua salada o dulce y es un insumo clave para el cultivo de camarones, langostinos y langostas

 

Buenos Aires-(Nomyc)-Este crustáceo, que está compuesto  en un  50 por ciento por proteínas de bajo peso molecular, en un  25 por ciento por lípidos, alto contenido de ácidos grasos de cadena poliinsaturada (HUFA), vitaminas y ß-carotenos, es de vital importancia para el desarrollo de la producción de camarones, langostinos y langostas, junto a otros crustáceos y nuestro país se convertirá en proveedor mundial.

 

A nivel mundial, el principal productor recolecta cistes de artemia en el lago Great Salt ubicado en Utah, EE.UU. aunque en este ambiente natural, la cantidad de cistes de artemia que se pueden obtener es limitada y debe recolectarse bajo controles de manejo sustentable cuando se dan las condiciones de salinidad, entre los meses de noviembre a febrero.

 

Debido a estas limitaciones, su demanda resulta insatisfecha debido la cantidad restringida que este único lago puede ofrecer, por lo que los productores de organismos acuáticos se ven perjudicados.

 

Teniendo en cuenta esta situación, Cintia Hernández y Sebastián Calvo, biotecnólogos egresados de la Universidad Nacional de Quilmes, desarrollaron un novedoso sistema para cultivar cistes de artemia de forma intensiva, controlada, sustentable y amigable con el ambiente.

 

Para desarrollarlo, los biotecnólogos fundaron una empresa,  BIOSIMA S.R.L. en el año 2007, porque “vimos que la producción de organismos acuáticos en cautiverio era una industria que estaba creciendo al 20 por ciento anual desde hacía diez años” recuerda Hernández.

 

“Nos pareció –continúa– un mercado interesante, pedimos una línea de financiación del Ministerio de Ciencia y Tecnología y fundamos Biosima S.R.L., una compañía que cultiva estos huevos de forma sustentable y amigable con el medio ambiente».

 

El proceso de producción intensiva de cistes de artemia que desarrolló BIOSIMA es innovador a nivel mundial ya que es un sistema de recirculación cerrada, que imita un ecosistema natural, donde el agua es continuamente reciclada y esterilizada para utilizarla nuevamente en el proceso.

 

Cuenta, además, con un cultivo de microalgas que, por un lado, absorben los residuos del cultivo de artemia y por el otro, sirven como componente nutritivo de las cistes.

 

En determinadas condiciones de cultivo, la artemia produce huevos o cistes que pueden permanecer durante años en condiciones de deshidratación y sin refrigeración. Cuando se colocan en condiciones favorables, los quistes eclosionan en aproximadamente 24 horas, dando lugar a larvas altamente nutritivas y de pequeño tamaño (400-500 micrones) que pueden ser injeridos por las larvas de camarón y peces en sus estadios larvales  denominados nauplios.

 

Gracias a este sistema, la producción de cistes de artemia resulta independiente a la estacionalidad y permite mantener no solo la regularidad en la entrega del insumo, sino también  la calidad. Así, los acuicultores incrementan su productividad al alimentar a sus peces y crustáceos con artemia y obtienen productos de mayor calidad y tamaño, en menor tiempo y costo.

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“En contraposición al sistema empleado en el lago Great Salt, nuestro sistema es escalable y las variaciones de productividad entre estaciones son mínimas. Aunque tiene costos levemente mayores, la sustentabilidad, la previsibilidad, la trazabilidad y el aumento de calidad son ventajas competitivas de gran importancia. Además, debido a la demanda insatisfecha, no competimos de forma directa con los recolectores sino que nos complementamos” buy brand Levitra sostiene Sebastián Calvo.

 

La planta pre-industrial de BIOSIMA produce por año 500 kg de cistes de artemia. A lo largo de este año, los biotecnólogos responsables de la empresa trabajan en la ingeniería para la construcción de una planta de escala comercial con capacidad para producir 5 toneladas al año. “Nuestro objetivo es lograr en los primeros cinco años una producción de 100 toneladas por año, lo que representaría una facturación de 7.500.000 dólares anuales”, asegura Calvo.

 

Este novedoso sistema recibió diversas distinciones que les permitió a los emprendedores realizar las pruebas de laboratorio, formarse en el desarrollo de planes de negocios e incorporar socios estratégicos de trayectoria y prestigio.

 

El inicio de este proyecto fue posible gracias a un subsidio de $2.043.942 otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en el marco de la línea de financiamiento de empresas de base tecnológica EMPRETECNO PAEBT administrada por el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

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