¿Se quemaron inadvertidamente compuestos orgánicos en Marte hace 40 años?

Es posible que una sonda Viking halla encontrado sustancias orgánicas en Marte y luego las quemase sin saberlo 

Buenos Aires-(Nomyc)-¿Cómo son las montañas, los vientos y los mares de los distintos mundos que pueblan el sistema solar? ¿Qué nos dicen los  anillos de Saturno y sus insólitas lunas sobre la formación de los planetas gigantes? ¿Y qué sabemos de los planetas que orbitan en torno a estrellas lejanas?  y a la hora de crear mundos, la imaginación de la naturaleza no parece conocer límites. 

Un nuevo análisis de viejos datos parece indicarlo así ¿cómo son las montañas, los vientos y los mares de los distintos mundos que pueblan el sistema solar? ¿qué nos dicen los anillos de Saturno y sus lunas sobre la formación de planetas gigantes o qué se sabe sobre los planetas que orbitan en derredor de estrellas lejanos?

Gracias al robot “Curiosity” se sabe, con seguridad, que en Marte hay moléculas orgánicas complejas y el último vehículo de la NASA en Marte lo ha conformado gracias a análisis de rocas, cuyas moléculas con carbono son, se supone, una condición previa a la existencia de vida, pero se encuentran en los micrometeoritos sin vida y en las partículas de polvo que caen sobre Marte, aunque sin embargo, electrizan como ninguna otra sustancia a los investigadores de Marte, puesto que sin ellas cuesta imaginar que pueda haber vida.

El “Curiosity”, que se posó en la superficie de Marte en 2012, no ha sido el primer aparato que haya buscado sustancias orgánicas allí ya que hace ya 42 años, la misión “Viking” encontró indicios, pero no los compuestos orgánicos mismos, aunque ese hallazgo, sin embargo, suscitó una persistente polémica científica.

Con el tiempo, se impuso una interpretación pesimista: el espectrómetro de masas de la sonda había detectado material que entró en el pequeño horno de la nave cuando estaba aún en la Tierra.

¿Quemado sin querer?                                                                                                                                                                                      Pero ello enfrentaba a los científicos a un problema: sobre Marte tienen que caer regularmente moléculas orgánicas desde el espacio y tendrían que ser detectables allí y ahora, un equipo de científicos, encabezado por Christopher McKay, del Centro de Investigación Ames de la NASA, cree haber podido resolver esa contradicción ya que, al menos, uno de los módulos de aterrizaje “Viking” habría detectado material orgánico, pero la máquina, guiada por control remoto, habría quemado el valioso hallazgo durante la obtención de datos.

Esta conclusión se logró luego de que una sustancia que se descubrió en Marte hace diez años cuando la nave “Phoenix”, posada en el Planeta Rojo, detectó en 2008 Perclorato que en la Tierra, es una especie de acelerador del fuego y por eso se usa en los artículos pirotécnicos, pero en el frío Marte no se puede prender fuego a algo sin otro material que colabore.

“Pero los hornos de los módulos de aterrizaje de las “Viking” calentaban las muestras hasta los 500 grados y con perclorato en la mezcla, las sensibles moléculas orgánicas se quemarían al calentarse”, argumentan esos investigadores en un artículo publicado en Journal of Geophysical Research: Planets.

Con los datos de la “Curiosity”, la interpretación sujeta a debate cuando se conocieron los datos de la Phoenix toma fuerza de nuevo, según McKay y sus colaboradores. Junto con las sustancias orgánicas, el último róver marciano detectó moléculas de clorobenceno, que se crean cuando el carbono reacciona con perclorato, Y resulta que el módulo de aterrizaje del “Viking 2” halló también clorobenceno, explica el equipo tras una nueva inspección de las mediciones de hace 40 años, conservadas en microfilms.

Persisten las dudas                                                                                                                                                                                            Los planetólogos piensan por ello que encajan bien las piezas de esa historia de que se quemaron moléculas orgánicas, aunque no pueden estar seguros del todo ya que  se sabe con certeza que los hornos de los módulos de hace 40 años estaban contaminados con material orgánico terrestre, procedentes de los restos de un producto de limpieza y queda la posibilidad de que esas moléculas fueran las que reaccionaron con los percloratos para dar clorobenceno.

Por otra parte, las sustancias con carbono procedentes de la Tierra deberían haber reaccionado ya a temperaturas moderadas, lo cual no concuerda bien con los datos, sostiene el grupo.

En los datos de la “Viking 1” no aparece rastro del clorobenceno y sin embargo ese horno también contenía restos del producto de limpieza, que deberían haber reaccionado con el perclorato omnipresente en Marte.

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Nomyc-24-7-18

 

 

 

      

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