Premian a dos prestigiosos investigadores argentinos en ecología y ambiente

Desde hace años alertan sobre el mal uso que se hace del ambiente, y que llega en un momento de grave crisis de los recursos naturales, con foco en el Cono Sur

Buenos Aires-(Nomyc)-La ecología es la disciplina que representa los mayores desafíos para la humanidad y aporta conocimientos fundamentales para contribuir a la sustentabilidad del planeta a través del estudio de las relaciones de los organismos y el medio ambiente, a múltiples escalas, analizando fenómenos locales, regionales y globales y la Fundación Bunge y Born entregará su premio que reconoce la trayectoria y los aportes de destacados científicos desde 1964 y se ha consolidado como uno de los principales reconocimientos a la actividad científica argentina y además se entrega el Premio Estímulo, que destaca los aportes de científicos más jóvenes desde 2001.

Este año los ganadores del premio, que se entrega hoy a las 19 en el CCK, Sarmiento 151 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, son Sandra Myrna Díaz, doctora en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, doctora Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires y Lucas Alejandro Garibaldi, quien es Doctor en Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Buenos Aires quien en la actualidad es Director de la Sede Andina del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural, de la Universidad Nacional de Río Negro.

La galardonada es, también, Investigadora Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC) quien junto a su equipo, trabaja en un marco interdisciplinario, que incluye a sociólogos y distintos actores sociales, desde hace más de 10 años. 

La investigadora analiza la trama de la vida o biodiversidad, a través de las plantas y  presentó, junto a su equipo, un trabajo valorado a nivel mundial denominado “La contribución de la naturaleza para la gente” que fue la primera herramienta metodológica, formal, consistente y empírica sobre el tema.

“La naturaleza es patrimonio de todos y es una fuente constante de beneficios que necesitamos y el uso que podemos hacer de ella no es incompatible con el buen estado, siempre que tengamos mínimos reparos y precauciones, ya que la vida en la naturaleza se regenera rápidamente”, asegura Díaz.

“El tema es que hoy, los que se benefician a corto plazo hacen una fiesta, que después pagan otros, que pagamos todos”, advierte.

A principios de mayo de 2019, en París, co-presidió —junto al científico alemán, Josef Settele y al brasileño-estadounidense, Eduardo Brondízio— el informe de la sesión plenaria de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés).

Este, sostiene que el número de especies en extinción se acelera en todo el mundo, acercándose al millón, y detalla otros síntomas de deterioro de la naturaleza, con potenciales graves consecuencias para la humanidad.

El informe fue compilado y recopilado por 145 expertos de todo el mundo, contó con la colaboración de otros 310 autores, y está destinado a los tomadores de decisiones en todos los niveles, ya que considera que todavía se está a tiempo de torcer la tendencia actual hacia un deterioro generalizado de la naturaleza.

Para el jurado, que la declaró ganadora del Premio Fundación Bunge y Born 2019, “Sandra Díaz ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del concepto de diversidad funcional”, al tiempo que “a través de contribuciones teóricas, metodológicas y empíricas, demostró cómo los caracteres biológicos de las plantas vasculares influyen sobre su vulnerabilidad al cambio climático, y las consecuencias que esto trae para el funcionamiento de ecosistemas”.

La ganadora es miembro de las Academias de Ciencias de Argentina, Estados Unidos, Francia y el Mundo en Desarrollo; miembro honorario de la Sociedad Británica de Ecología y miembro extranjero de la Royal Society de Londres. Anteriormente, recibió el Premio Cozzarelli (2008), el Premio Margalef en Ecología (2017), el Premio Senckenberg para la Investigación de la Naturaleza (2019), el Premio Gunnerus en Ciencias de la Sostenibilidad (2019) y el Premio Princesa de Asturias (2019). Fue mencionada por la revista Nature en 2018, como uno de los cinco científicos to watch (“para mirar”) en 2019 por co-liderar el Informe Global de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES).

Garibaldi, en la actualidad es Director de la Sede Andina del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural, de la Universidad Nacional de Río Negro y sostiene que estamos frente a un grave problema que es “la forma en que se está usando el planeta porque se producen cereales con siembra directa y agrotóxicos, lo que da una ganancia inmediata, pero se contamina el agua, el suelo lo sufre y la gente pierde los empleos rurales de trabajo intensivo”.

“Luego, la sociedad toda tiene que pagar esos costos sociales, limpiar el agua y el suelo, y atender a las personas que desde el campo pasan a ocupar los cordones urbanos; es decir, todos estamos subsidiando a esos productores que tienen una ganancia inmediata”, asegura.

Como contracara plantea que “los productos orgánicos ya incluyen los costos sociales que implica tener ciertos cuidados y en el mercado mundial hay cada vez más demanda de productos orgánicos por lo que tenemos que estar a la altura de ese mercado y por eso, la solución es intensificar la ecológica, que implica alta productividad y está asociado a más vida, a la diversidad”, enfatiza.

“La intensificación ecológica consiste en dejar actuar a los pesticidas silvestres como los insectos, las aves que depredan pestes, los polinizadores naturales – abejas ya que hay más de 20 mil especies en el mundo y a las mariposas, los escarabajos y promover la fertilidad del suelo”, concluye. 

Sobre el premio: el jurado destacó su labor y consignó que “con una fuerte impronta cuantitativa y estadística, uno de los aportes más significativos de Lucas consistió en la demostración de que la diversidad y abundancia de polinizadores silvestres son más importantes que la abundancia de la abeja doméstica en el servicio de polinización de muchos cultivos”.

Además, destacó como notable su “interés por difundir y hacer llegar las implicaciones de sus hallazgos científicos a la sociedad”.

Sobre los premios científicos Fundación Bunge y Born: desde 1964 se entregan ininterrumpidamente, posicionándose como uno de los reconocimientos más importantes del ámbito científico nacional, tanto por el prestigio del jurado y de los premiados, como por su magnitud.

Entre las figuras galardonadas se destacan el Premio Nobel argentino Luis Federico Leloir (1965, Medicina); e investigadores como: Rolf Mantel (1993, Economía), Roberto Salvarezza (2012, Química), Gabriel Rabinovich (2014, Medicina Experimental), María Beatriz Aguirre-Urreta (2016, Paleontología), Carlos Balseiro (2017, Física) o Víctor Yohai (2018, Matemática). 

Nomyc-28-8-19

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