Vivir cerca de una ruta aérea aumenta el riesgo de hipertensión, infarto e ictus, es decir, un trastorno brusco de la circulación cerebral que altera la función de una determinada región del cerebro debido a la lata contaminación sonora. La situación de la Argentina

Buenos Aires-(Nomyc)-Un estudio de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, Alemania, muestra que el riesgo de hipertensión, infarto e ictus aumenta cuando se vive bajo una ruta aérea.

Para demostrar esto, que fue publicado en el «European Heart Journal«, los expertos realizaron un trabajo de campo ciego sobre una muestra de 75 voluntarios sanos, con una edad media de 26 años, los cuales fueron expuestos de forma aleatoria a diferentes secuencias de patrones de ruido. 

    Por un lado,  a uno no le hizo escuchar nada y dos con reproducciones del  sonido de diferentes números de vuelos, una reproducción de 30 vuelos y otra de 60 vuelos, con un nivel medio de presión sonora máximo (SPL) de 60 decibelios (dB).

Se comprobó que los adultos sanos, que se habían expuesto tan solo una noche al ruido de 60 vuelos, veían alterada su función endotelial, es decir, el mantenimiento de un tono vascular dilatado para conservar la presión arterial en valores normales y la acción antitrombótica y fibrinolítica, con una significativa contribución del estrés oxidativo en este fenómeno.

Estos efectos fueron mejorados de manera notable, mediante el suministro de vitamina C.

Además, la disfunción endotelial iba acompañada, en paralelo, de un aumento significativo de los niveles de adrenalina y de una disminución de la calidad del sueño, con un aumento de la presión arterial sistólica.

La contaminación acústica, un problema de salud

El estudio, además, fue utilizado por la Fundación Española del Corazón (FEC) y sobre el mismo,  Alejandro Berenguel Senén, miembro de la FEC y de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) asegura que “estos nuevos hallazgos indican que la hipertensión observada en respuesta a la exposición al ruido durante la noche podría explicarse por el aumento de la activación simpática pero también por la disfunción endotelial”.

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que durante la noche no deberían de superarse los 30 decibelios para poder garantizar el descanso dentro de una comunidad” explica el especialista.

“De modo lamentable –aclara Berengel Senén– muchas veces es difícil que se logren cumplir estos niveles debido al ocio nocturno o a la cercanía de los aeropuertos, como ya hemos comprobado” .

A nivel mundial, los países que presentan los índices más altos de contaminación sonora son Japón y España, aunque España es que de mayor cantidad de población expuesta a altos niveles de contaminación sonora.

Datos buy Robaxin de Argentina

Nuestro país presenta índices de contaminación sonora altos, sobe todo en algunas ciudades como Buenos Aires, Corrientes, Córdoba capital, Rosario o Mar del Plata.

Sin duda, Buenos Aires es la ciudad con más contaminación sonora del país y se encuentra en el cuarto lugar en el ranking de las metrópolis más ruidosas del mundo luego de Tokio, Nagasaki y Nueva York.

Según estudios realizados con este fin, la esquina más ruidosa de la Capital Federal es Cabildo y Juramento, en el barrio de Belgrano,

“El nivel de ruido de esa esquina supera de manera larga los niveles medidos en el Aeroparque “Jorge Newbery”, en una tejeduría textil y hasta en la sala de máquinas de cualquier industria” señala un informe realizado por el Grupo de Investigación en Ingeniería Sustentable (GIIS) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Palermo.

“Hacemos este estudio desde el año 2010 y los parámetros, de manera lamentable, no mejoran” comenta Mónica López Sardi, coordinadora del GIIS.

“Desde el año pasado –aclara el especialista– se empezó a observar el transporte publico y vimos que los pasajeros también están sometidos al ruido, aunque no estén en la calle aclara la especialista”.

En 2012, sumó la medición del nivel sonoro que se escucha dentro de Accutane cost los medios de transporte público, que son los principales causantes del problema.

Los investigadores también realizaron una encuesta para determinar la percepción de los vecinos respecto de la contaminación sonora. Entre otros aspectos y algo que les llamó la atención a los autores de este trabajo es la mención a los ruidos dentro de las áreas de trabajo.

“Los argentinos somos ruidosos. Nuestra forma de manejar, de hablar, todo contribuye. Pero el principal factor que convierte a Buenos Aires en la cuarta ciudad más ruidosa del mundo es el buy Disulfiram online tránsito. La contaminación sonora no sólo afecta al sistema auditivo: también contribuye al estrés, a los trastornos en el sueño y a las enfermedades cardiovasculares”, agrega la investigadora.

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