La sonda Beresheet había despegado hace 49 días en Cabo Cañaveral y logró recorrer con éxito los 384,400 km que la separan de la Tierra

Buenos Aires-(Nomyc)-“Beresheet”, que significa “principio” en hebreo, perdió contacto con la Tierra y se estrelló el jueves en la noche poco antes de descender sobre la Luna, con lo que su ambicioso intento de pasar a la historia como la primera misión lunar de financiamiento privado fracasó y la nave, que tenía un cartel que decía cartel “Small Country, Big Dreams” o “Pequeño país, grandes sueños”.  perdió la comunicación con la sala de control.

“Definitivamente nos estrellamos en la superficie de la Luna”, declaró Opher Doron, director general de la división espacial de Industrias Aeroespaciales de Israel.

Doron afirmó que “la sonda se hizo pedazos, se esparcieron en el sitio planeado del descenso” y agregó que “el motor de la sonda se apagó poco antes del descenso y cuando se restableció la potencia, la gran velocidad impidió a la nave posarse a salvo en la superficie”.

“Falló una de las unidades que medía la inercia, es lo que causó una desafortunada cadena de eventos de los que no tenemos certeza”, afirmó y agregó que “el motor se apagó, se paró y la sonda se estrelló. Es todo lo que sabemos” agregó.

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, señaló que este intento no debe ser un impedimento para volver a emprender la carrera espacial por lo que “si a la primera no lo logras, lo intentas otra vez”.

El incidente con la sonda construida por el grupo sin fine de lucro SpaceIL y la paraestatal Industrias Aeroespaciales, ocurrió ante un numeroso auditorio que incluyó al primer ministro Benjamin Netanyahu y fue televisado en vivo a nivel nacional ya que se había generado gran expectativa a nivel nacional al intentarse igualar la hazaña lograda por Estados Unidos, Rusia y China, quienes sí lograron posarse en nuestro satélite natural ya que la pequeña sonda robótica, construida por SpaceIL, un grupo sin fines de lucro y la paraestatal Industrias Aeroespaciales.

Sobre la misión                                                                                                                                                                                              La misión espacial dirigida por el profesor Oded Aharonson del Instituto Weizmann, y de la que también participó el ingeniero argentino Diego Saikin, quien diseñó el software de simulación de la nave, demoró 8 años de trabajo en tierra, tuvo un costo de 100 millones de dólares, fue financiada, en su mayor parte, con aportes privados provenientes de la organización SpaceIL y tenía por objetivo tomar imágenes de sus alrededores y medir el campo magnético de la Luna.

Beresheet, que media 2 metros de diámetro, pesaba algo más de media tonelada y debía estar activa en la Luna por algunos días hasta que se agotara su energía, tuvo un considerable apoyo gubernamental, pero aún está muy lejos de cualquier otra misión a gran escala dirigida por el gobierno o cualquier inversión privada. Un equipo de 50 personas y un presupuesto de poco más de 100 millones de dólares son pequeños en comparación con proyectos igual de ambiciosos, aunque es que sigue siendo un enorme logro para la aeronáutica israelí.

La nave tenía en su interior una cápsula con poemas de escritores israelíes, dibujos de niños, el testimonio de un sobreviviente del Holocausto e información sobre toda la humanidad.

A poco del despegue, Diego Saikin, que nació en la Argentina pero vive en Tel Aviv desde hace veinte años, le había dicho a La Nación que “estamos ansiosos para que llegue y nos brinde información y después quedará ahí sola, pero tenemos la esperanza que en algún momento sea encontrada por otros exploradores o por algún extraterrestre”.                                                                                                                          Nomyc-12-4-19