El mundo pierde su oscuridad nocturna al 2,2 por ciento anual

La superficie iluminada de manera artificial del Planeta aumenta tanto en tamaño como en brillo en la mayoría de los países según un análisis global de alta resolución y a largo plazo

Buenos Aires-(Nomyc)-De esta manera las superficies iluminadas artificialmente en la Tierra aumentan más de un 2,2 por ciento al año y entre 2012 y 2016, la iluminación artificial nocturna ha aumentado un 9,1 por ciento a pesar del uso de sistemas de iluminación más eficiente.

De manera notable, el crecimiento de luz por la noche desde 2012 hasta 2016, el periodo que estos investigadores evaluaron, casi iguala el aumento global del producto interno bruto (PIB), sugiriendo que el acceso a la iluminación de estado sólido no disminuye el consumo de energía global para luz exterior, como era su objetivo y la luz artificial es un contaminante ambiental que amenaza a los animales nocturnos y afecta a las plantas y microorganismos.

Durante la segunda mitad del siglo XX, la luz artificial exterior creció de manera constante, lo que provocó la investigación de si esa tendencia continuará y para analizar si el uso de la luz exterior continúa creciendo exponencialmente, Christopher Kyba y sus colegas estudiaron los datos recopilados por el Radiómetro de Imágenes por Infrarrojos Visibles (VIIRS, por sus siglas en inglés), un sensor satelital con una resolución espacial de 750 metros.

El constante aumento de la iluminación nocturna ocasionó que la mitad de Europa y un cuarto de Norteamérica sufran una “pérdida de la noche” de manera  generalizada, con la consiguiente modificación de los ciclos día y noche.

Los resultados, que fueron publicados en “Science Advances”, demostraron que las áreas exteriores con iluminación artificial iluminadas de la Tierra crecieron un 2,2 por ciento por año, entre 2012 ya 2016, aunque los cambios de iluminación variaron mucho según el país, superando en mucho la tasa global en algunos casos, y con descensos en el brillo en sólo unos pocos, como Yemen y Siria, ambos afectados por la guerra.

Este aumento, de un 2,2 por ciento anual tanto en extensión como en intensidad, tiene lugar en un momento de transición a sistemas de iluminación LED, más capaces de reducir la emisión al espacio y su intensidad a demanda.

“Los LED aún no están ayudando a reducir de manera global la contaminación lumínica y puede que estén ayudando a incrementarla”, indica el investigador Alejandro Sánchez de Miguel, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), y que participa en la investigación.                     Nomyc-5-11-17

 

 

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