Cada año se produce un promedio de entre tres y cuatro kilogramos por habitante de este tipo de deshechos pero no hay un modo de eliminación adecuado y reglamentado
Lomas de Zamora-(Nomyc)-Los DVD reemplazaron a las videocaseteras,
los cd a los casette y siguen avanzando las nuevas tecnologías,pero los  equipos antiguos no son fáciles de eliminar y de acuerdo a como se haga,  hasta pueden ser peligrosos.

Por eso,  qué hacer con los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos
(RAEE) se torna un problema a resolver de manera urgente.

El año pasado perdió estado parlamentario, por falta de tratamiento en la Cámara de Diputados de la Nación, un proyecto que promovía la disminución de la peligrosidad de los componentes.

El proyecto caído, establecía, también, analizar la vida útil de los aparatos y extender la responsabilidad individual del productor del equipo con lo que lsa distintas empresas fabricantes debía hacerse responsable de su eliminación o tratamiento una vez descartados.

Luis Coyoupetrou, coordinador de la licenciatura en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional Arturo Jauretche explica que “en este tema estamos diez años atrasados si nos comparamos con Europa, su primer ley es del año 2003”.

La propuesta que perdió estado parlamentario tenía en apoyo de organizaciones como Greenpeace, la Fundación Vida Silvestre Argentina y el Instituto Tecnológico Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y sobre este tema Coyoupetrou explica que “es necesario que salga una ley que siga los lineamientos de lo que estaba planteado en el proyecto anterior”.

Alejandro Kentos, ingeniero de la Universidad de Buenos Aires asegura que el recambio constante de Aparatos Eléctricos y Electrónicos se debe a que “la calidad de los productos no es la misma que en otros tiempos”.

Como consecuencia del capitalismo moderno, que llevó a “mirar todo en cuestión de costos y ganancias”, la calidad de los productos disminuyó y su vida útil se volvió “limitada”, sostiene Kentros.

“Esta es una discusión donde todos tienen que ponerse de acuerdo. Es una cuestión de fondo a nivel de país, donde hay que analizar lo que gana uno, lo que pierde otro, no sólo del productor al consumidor y todos los pasos intermedios, sino también desde la estrategia del Estado”, señaló Kentros.

Por otra parte, la coordinadora de prensa y difusión de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS) de la Nación, Sandra Firpo, admitió que es “conveniente que se dicte una ley que contemple la responsabilidad extendida del productor durante todo el ciclo de vida de los AEE y en la etapa post consumo de los mismos, y que reconozca como prioritaria en la gestión de los RAEEs, la prevención, la reutilización, la recuperación y el reciclado”.

Algunos municipios realizan programas de recolección de RAEE pero, a pesar de su éxito,  el subsecretario de la Agencia de Política Ambiental de Almirante Brown, Máximo Lanzetta, señala la necesidad de “una ley de RAEE para que estas políticas tengan sustentabilidad en el tiempo, una mayor envergadura y para que haya mayor obligación”.

“Es un esfuerzo que se debe hacer a partir de una ley nacional que permita cobrarle a las empresas que producen AEE el costo de la disposición final o del reciclado de esos elementos”, agrega el funcionario.

En 2010, la Municipalidad de Avellaneda junto con la Cooperativa “La Toma del Sur” y la Asociación Civil “Va de Vuelta” realizaron la primera campaña de recolección de RAEE del distrito. La idea fue retomada por el centro de estudiantes de la Facultad Regional Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional, la Municipalidad y la Cooperativa “La Toma del Sur” en octubre del año pasado.

Durante la campaña de recolección de RAEE, que se llevó a cabo entre el 5 y el 16 de noviembre de 2012 en Morón, se recolectaron seis toneladas de RAEE, los cuales fueron entregados a la “Asociación Civil Basura Cero”, y a la fundación “Va de Vuelta”, para su reacondicionamiento.

Según datos de la organización ambientalista Greenpeace, más del 40 por ciento de los RAEE termina en basurales y rellenos sanitarios.

Los AEE tienen componentes tóxicos, como plomo, mercurio berilio, selenio y cromo, que impactan en el ambiente y la salud.

El artículo 41 de la Constitución Nacional establece que “todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley”.

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