Avances contra la Leucemia aguda más frecuente en adulto

La leucemia mieloide aguda es una enfermedad oncohematológica capaz de propagarse rápidamente y su abordaje es complejo. En menores de 60 años, logran curarse casi 4 de cada 10, pero en los mayores de esa edad el pronóstico baja a entre el 5 y el 15 por ciento

Buenos Aires–(Nomyc)-Desde la Fundación para Combatir la Leucemia (Fundaleu) remarcan la importancia del diagnóstico urgente y la expectativa que generan novedades para el abordaje de esta enfermedad conmotivo del Día Mundial de la cocientización sobre la Leucemia Mieloide Aguda (AMA) que es una enfermedad oncohematológica capaz de propagarse rápidamente y conforma el tipo de leucemia aguda más común en los adultos.  

“Como su avance es muy rápido -de ahí su denominación de ‘aguda’- es muy importante realizar el diagnóstico y comenzar el tratamiento a la mayor brevedad posible para mejorar el pronóstico del paciente”, sostuvo Isolda Fernández, Jefa del Servicio de Hematología de Fundaleu.

Se puede sospechar la presencia de LMA con los resultados de un análisis de sangre de rutina, porque en un hemograma completo se evidencian rápidamente niveles anormales de glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Luego, el diagnóstico se confirmará analizando las células de la médula ósea para determinar el tipo de leucemia y el pronóstico.

El desafío consiste en que el paciente acuda a un centro de salud si presenta algún síntoma, sobre todo porque éstos son muy inespecíficos porque es importante no alarmar a la comunidad, pero sí tener en cuenta que podrían ser una signo de la enfermedad la fiebre persistente, infecciones, falta de aire, propensión a desarrollar hematomas y sangrados, pequeños puntos en la piel producto de sangrados llamados petequias, debilidad o cansancio y pérdida de peso o de apetito.

Si bien no contamos en nuestro país con registros o estadísticas propias, extrapolando datos internacionales podríamos estimar que en Argentina cada año hay alrededor de 2 mil nuevos casos de LMA.

El pronóstico de esta enfermedad varía, entre otros factores, según la edad de aparición: en menores de 60 años, se curan cerca de 4 de cada 10 pacientes. Sin embargo, a partir de esa edad la cifra cae a entre el 5 y el 15 por ciento y existen diferentes tipos de tratamientos para esta condición: quimioterapia, trasplante de médula ósea, otras terapias oncológicas y terapias de apoyo.  

“Con la constante investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos, cada vez contamos con más alternativas para los distintos tipos de leucemia en general y para la LMA en particular y el tratamiento estándar es a base de quimioterapia intensiva para pacientes jóvenes y para aquellos pacientes mayores o que por distintos motivos puedan tener contraindicada la quimioterapia, existen nuevos tratamientos que incluyen algunas drogas ya aprobadas y otras en desarrollo”, detalló Fernández.

“Leucemia no es sinónimo de muerte, en los últimos años, estamos siendo testigos de avances significativos tanto en las Leucemias Crónicas como en las Agudas y las personas que se enfrenten a estos diagnósticos deben saber que no están solas, sino que hay muy buenos médicos en nuestro país para tratar su enfermedad y cada vez con mejores herramientas terapéuticas”, reflexionó Miguel A. Pavlovsky, Director Médico y Científico de Fundaleu.

Existen diversos tipos de leucemia y hoy es muy importante, además, saber exactamente qué subtipo de la enfermedad presenta cada paciente, a lo que se arriba a partir de estudios moleculares más precisos: eso ayuda a ‘ponerle el nombre y el apellido’ a la enfermedad, dado que este entendimiento más profundo que la comunidad médica va teniendo de la enfermedad permite diseñar medicamentos específicos que atacan alteraciones y mecanismos muy puntuales.

“Sabiendo eso a tiempo, se puede indicar a un paciente el esquema de tratamiento que más lo beneficiará, justo en una enfermedad en la que no hay tiempo que perder”, concluyó Fernández.

Sobre la enfermedad                                                                                                                                                                                    Las células sanguíneas son producidas por la médula ósea. A medida que se dividen y maduran, van transformándose en células sanguíneas de diferentes tipos.

Cuando una de las células que va a formar glóbulos blancos cambia y se convierte en una célula de leucemia, ya no madura de manera  normal y de manera general, se divide más rápido de lo normal y no muere cuando debería hacerlo, sino que se acumula en la médula ósea reemplazando a las normales.

En algún momento, éstas salen de la médula ósea y entran al torrente sanguíneo, causando un aumento en el número de glóbulos blancos en la sangre y no permitiendo crecer al resto de las células normales como glóbulos rojos y plaquetas.                                                                        Nomyc-19 4 19

 

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